lunes, 7 de septiembre de 2009

¿Por hoy?

Hoy desperté deseando tener una nueva oferta para rechazar.
Segura de mis ambiciones cómo espectadora, me senté al filo de la cama y con las sábanas por ciclorama, mis cabellos comenzaron a ser los propios de él.
Sentado en su banca, viendo la vida pasar, dirigiendo a su gusto, recreando sus simples sueños,pues parte de mi se aferra a guardar las pesadillas encerrarlas con exclusividad.
Por hoy estas razones tienen sentido,me empapo de prepotencia, soy una ladilla que pretende conquistar Hollywood con un suicidio en el minuto tres.
He llegado hasta aqui con un aire decidido a ser el más solicitado, una caja de puros, regalo del abuelo que jamás conocí la bufanda de una madre que ahora me desconoce y una boina que recogí cuando visitaba casas en las vacaciones, igual a Ricitos.Mientras los osos visitaban la casa de la abuela en Nevada, yo le daba vida a sus casas aprovechándolas de todo tipo, veía su tv. me vestía con sus batas después de usar sus bañeras, dormía entre cobijas guardando calor para el resto del año,para llegar a las siguientes vacaciones sin más que una descuidada pulmonía.
Las despensas de esas casas jamás se caducarían, el polvo no se almacenaría.
Todo sin comisiones extra ,cuidaba sus casas grátis.
Claro que alguna vez algo se amoldaba tan bien a mí que prefería guardarlo como recuerdo dando al mundo más belleza.
Terminaba con sus cavas todo el vino súdafricano,aghenjo flameante, claro que también me sacrificaba ante las cervezas de algunas modestas casas ¿para que se quiere emborrachar a una familia cuando se puede hacer muy feliz a un efímero infiltrado?
Tiempos de vida laxa, sin presentimientos fíngidos.
Llegaba a Taxco con $60, regresaba de los carnavales con más ropa de la que llevaba, abordaba taxis para luego huir de ellos.
Todo sin un céntimo de culpa, la edad de oro.
Y una vez regresando de Tepoztlán, sin una casa para huir o regresar, sin personas para discutir. Sólo con mi shuffle, cortesía de un portazo en un super, un par de jirones pretendiendo ser calcetas, unos huaraches seminuevos, el perpetuo pasamontañas y el jersey que me quedó de la novia que olvidé en algun viaje.
Aún sin cargos de conciencia entré al baño de la terminal, me rasuré y a conquistar el mundo.
Yo soy el dueño por que quiero.

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