lunes, 25 de julio de 2011

Ya.

Los 19 han quedado atrás, faltan los 27, los 33, los 50 bytes kilo giga mega...
Puede que mañana no sea más Danae, es pronto para pensar en la formalidad del nombre.
Es pronto porque no sé que será de mí, hasta donde llegarán mis ansias,cuando me rendiré al olvido.
Pronto llegará el día en que todo bien vuele de mi cabeza, me lapidará alguien, sea el sepulturero o mi hermana, teniendo la certeza de que disfruté mi reserva ante todos los modales, que me reservé ante las relaciones interpersonales, me gustaron los sentimientos, me gustó escribir todo lo que pienso, comer cosas dulces, ponerme vestidos, y llenar mis falsos bytes de ilusiones ópticas siempre manejadas por mi percepción de espectadora.
Amé a cada momento fastidiar a los otros con sarcasmo.
Amé poder hablar mal de la sociedad del espectáculo en que me he visto envuelta.

Seré el acero, como un león en Zion. Siempre seré yo.
Y cuando mi hermana vea mi sepultura me gustaría darle un beso cálido, porque nunca le he dado explicaciones y yo he visto en sus ojos como las espera a veces.

Siempre me reservo mis indignaciones, les resto importancia y alimento con ellas mi ego.
La esperanza siempre me ha vestido, esperanza en mi porque sólo pude esperar lo que creía posible.
Tuve esperanza en otros que siempre me defraudaron.
Lo que hoy tengo no lo quiero involucrar es sólo la realidad que a cada respiración se desvanece y resucita entre las alas del Fénix que deja volar a mis palabras para que se unan en oraciones, para que otros que sepan hacer las cosas bien puedan escuchar.
Mi pequeña mariposa, no dejes que te quiten el polvo de las alas, no te dejes alcanzar, no dejes que te detenga la falsedad del viento pervertido.
Siempre vuela, siempre más alto para que muy lejos, no te pueda nunca ver más,
yo en mi sepultura con el cuerpo podrido que tanto miedo me ha dado sentir,
sólo pensaré en una oración que te inspire a ser muy tú.
Que a mi me ha faltado la inspiración, porque hoy que sigo viva sólo puedo escribir para ti.
No me pude escribir un carta para mi en vida, tal vez ese día pueda encender el ordenador y escribir mi propio obituario, pues con lo desafanada que he sido, me extrañará si mi hermana se entera de mi muerte.

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