lunes, 22 de junio de 2009

retrovisor

Con o sin dirección, empiezo a creer que la misión podría ser sólo manejar.
Por momentos la misma palanca que nos separa nos une, tu mano se acerca a mi pierna con el fin de cambiar la velocidad y mi piel hace lo posible por absorber tu calor, te veo, el contorno de tu rostro enmarcado,de pronto tu cuello, tu nariz arrogante mientras volteas a ver otros carros, tus cejas confiadas, tu mirada profunda que a veces se cruza con la mía y cuando regresa a su camino, aparecen en el marco tus labios, esos labios que me extacian y resguardan tus dientes fuertes exactos para comerme, los muestras con una sonrisa seductora,otra puerta ...
dentro tu lengua que comienza despacio,recorre cada línea,explorando, hidrata mis deseos.